martes, 10 de marzo de 2015

Vitamina C: imprescindible


La vitamina C, conocida también como ácido ascórbico o ascorbato es una vitamina esencial muy delicada que puede destruirse por la acción del aire, del calor y de la luz. También le afectan mucho los venenos y ciertos productos contaminantes como el humo del tabaco.

Es necesario ingerirla diariamente con los alimentos y la bebida, ya que el cuerpo no puede almacenarla durante mucho tiempo. Esta característica la compartimos con las cobayas, los  monos y los murciélagos frugívoros de la India, ya que todos los demás mamíferos pueden sintetizar esta vitamina en su organismo, a partir de glucosa.

Las funciones de la vitamina C son importantísimas:
- Acción antioxidante, neutraliza radicales libres y se convierte así en un importante factor antienvejecimiento.
- Mantiene la salud y estructura de cartílagos y ligamentos, huesos, dientes y encías, músculos y piel, y endotelio vascular.
- Actúa sobre la cicatrización de heridas y fracturas.
- Disminuye el colesterol, evitando la formación de placas ateromatosas.
- Disminuye el riesgo de coagulación, y por lo tanto, de trombosis.
- Tiene una acción antihermorrágica.
- Facilita la absorción del hierro.
- Tiene una acción antiinfecciosa , ya que refuerza las defensas y la resistencia a las infecciones.
- Acción antitóxica respecto a los venenos químicos y las toxinas bacterianas.
- Se ha relacionado con una menor incidencia de cáncer.
- Función detoxificante, ayuda a neutralizar tóxicos.

Podemos sufrir carencia en vitamina C tanto por falta de aporte (consumo de conservas, cocciones prolongadas de las verduras, bajo consumo de frutas y verduras frescas...) como por aumento de las necesidades (tabaco, estrés, contaminación, ancianos, embarazadas, lactantes...)

¿Cuáles son las mejores fuentes de vitamina C? Las verduras crudas o poco cocinadas, ya que a partir de los 25 minutos de cocción a 100 grados,se pierde un 50% de la vitamina C. Interesantes el  perejil, pimiento, brécol, las coles, hinojo, coliflor, berros.
En segundo término, las frutas más ricas son las ácidas, como las grosellas, cítricos, frambuesas, arándanos, fresas. También contienen vitamina C la mayoría de frutas exóticas como el kiwi o el mango y en menor medida el plátano, la uva y el higo.

Tomaremos las cantidades adecuadas de vitamina C en la dieta con una alimentación equilibrada, en la que un tercio aproximadamente de los alimentos, sean crudos.





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